jueves, 29 de julio de 2010

Muriendo por un CD y de viaje al Japón profundo

28/07/10

Omi informando.
El miércoles nos levantamos y fuimos a la puerta de Like an Edison (tienda de música) sobre las nueve y media porque a las once abrían y esa mañana salían a la venta cds de un montón de grupos (¿se pondrán de acuerdo?). Total, que para no tardar mil años y llegar a tiempo a coger nuestro tren a Nikko nos sentamos por allí a esperar. Gran error. La cola no se hacía en la puerta de la tienda; habían pegado un mapa, en japo por supuesto, indicando dónde estaba la cola. Total que perdimos un tiempo precioso y cuando llegamos a la calle de al lado ya había más de veinte pavas en fila con sus sombrillas y todos sus avíos. Me entró un cabreo de narices pero tocó esperar en esa cola. Para evitar avalanchas, a las once dejaron pasar a las niñas en pequeños grupos y tardamos otro rato en pisar la tienda. Pero ahí no acabó todo. Una vez se entraba, las niñas se ponían en cola para pagar, teniendo en cuenta que las novedades las habían puesto al fondo en varias mesas, es decir, primero te ponías en cola y luego cogías lo que querías. De ciencia ficción. Trincamos los singles de Kaya, uno por cabeza, pero no vimos el single de VII-sense por ningún lado y empecé a atacarme seriamente. Cuando vi que Mana-san, una amiga que iba justo delante nuestra, no conseguía su copia y en su lugar la dependienta le daba papeles y un montón de explicaciones acabé de atacarme del todo, pensando que algo iba a salir mal, que no íbamos a conseguir los singles y por tanto las entradas al instore event (o evento en tienda) del día uno. Resultó que no habían llegado los discos, pero la mujer nos dio un vale para ir al evento y también reservamos nuestras copias y las dejamos pagadas; las recogeremos pronto. Tenemos los números 2 y 3 para el evento, eso va a ser mortal jeje. Y para el evento de Kaya, el 6 y el 7, bieeeen. Mucho atacarme para nada; todo tenía solución (en serio que casi lloro allí en medio, de pronto no me salía el japonés, sólo el inglés; de sólo pensar en no estar en ese evento y no poder darle a Shaura lo que le tengo que dar me entró algo malo…)

Por supuesto, con toda la movida, no llegamos a tiempo al tren que teníamos que coger. Fuimos deprisa a la estación y la mujer del mostrador de información nos explicó qué conexiones teníamos que hacer para llegar a Nikko a una hora razonable. Ahí empezó nuestra odisea.

A la una menos veinte tomamos el tren expreso de Shinjuku a la estación de Tokio (la más “importante”), de donde salen los trenes balas o shinkansen. A pesar de llegar con el tiempo justo, nos metimos en el vagón sin reserva de un shinkansen a Utsunomiya, que tardó una hora más o menos (tren número 2). Impresionantes la velocidad y la comodidad de estos trenes. El tercer tren fue de Utsunomiya a Nikko y tardó otra hora por lo menos (tren 3). En Nikko cogimos otro tren que ya no cubría el JR Pass porque era de una compañía privada, la Tobu, y a la segunda parada transbordamos (trenes 4 y 5 respectivamente). Aquí ocurre una cosa curiosa con los trenes, que la verdad no sé si pasa en España, y es que hay trenes que en cierto punto se desdoblan, y unos vagones tiran para un lado y otros para otro. Es decir, que incluso después de haberte montado en el tren puedes no llegar al sitio al que pretendías ir. Mortal. Por suerte nos explicaron dónde subir y en el quinto tren (que perdió todos sus vagones menos dos por el camino) subimos y subimos viendo un paisaje maravilloso a ambos lados: montañas, árboles, ríos. Pasamos por unos sitios tan recónditos que el tren paraba al lado de las casas, sin estación ni andén ni nada… (qué horror para la gente de las casas, por cierto). Y si pensáis que cinco trenes para ir a un sitio es una pasada, eso no fue todo. Una vez en la estación de Yunishigawa Onsen, y con toda la buena suerte del mundo, cogimos el último bus que hacía el recorrido por diferentes onsen soltando y recogiendo gente, el de las cinco y cuarto.



Pero viendo paisajes como éste ¿quién se quejaba?



La nuestra era una de las últimas paradas, y por fin, después de casi cinco horas de trayecto y medio muertas, llegamos al Japón profundo, donde existen cosas increíbles que en las ciudades como Tokio (aunque también sean increíbles) no pueden ni imaginarse. Corto la entrada aquí porque necesito otras dos para organizar las mil fotos y contar bien nuestra experiencia en el ryokan y Nikko. Seguid pendientes.

Kamakura

27/07/10

¡Elfe presente!
Debido al cambio de planes de última hora, ya que teníamos que ir el día 28 por la mañana temprano a recoger unas cosillas y cambiamos nuestra reserva en el onsen, el día 27 lo teníamos libre y ya con el JR Pass activo, así que cogimos el tren y nos fuimos a Kamakura, pueblo que antiguamente fue capital de Japón, donde hay templos hasta debajo de las piedras y el calor que pasamos solo puede describirse como infernal.

Cuando nos bajamos del tren nos fuimos directas al centro de información turística donde nos indicaron que camino coger para un par de templos y el Gran Buda. Nos pregunto si íbamos a ir andando o en bus, ¿y nosotras que dijimos? ¡Andando! Ahí, con dos pares de narices, ingenuas de la que nos esperaba. Así que nada, una callecita larga, larga… larga y por fin nos topamos de frente con un templo. Como de costumbre aquí los templos si no están en alto no valen, así en medio de un jardín precioso nos toco subir escaleras.



Un poco más arriba nos encontramos, antes de entrar al templo propiamente dicho, la “fuente” para purificarnos, y para no quedar mal nosotras así lo hicimos.



Algo más arriba empezamos a ver estatuas de dioses y demás, y nos llamo la atención una zona donde había montones y montones de estatuillas pequeñas en fila y por todos lados.



Y ya por fin dimos con el templo Hase-dera tras subir algo mas, muertas de sed y calor todo sea dicho, junto al cual había un mirador desde el que se podía ver el mar y sentarse un poco bajo un pequeño techado para descansar.





Dentro del templo prohibidas las fotos, como no, pero explicar algo sí que puedo. En este altar vimos a la diosa Kannon, creo recordar, con las 11 cabezas con distintas expresiones que significan que escucha las plegarias de todos los tipos de personas. Junto al edificio principal hay una campana que según dice la tradición ha de hacerse sonar 108 veces al final del año para ahuyentar la mala suerte en el nuevo año que comienza.



Además andando y cotilleando encontramos la entrada a una especie de cueva, que tenía mucha humedad y varios charcos. Dentro nos encontramos una imagen de Benzaiten, diosa del mar, las artes y la música. Las imágenes de esta diosa siempre se ponen en lugares cercanos al agua. En esta cueva además encontramos otra estancia pequeña donde había otra imagen a un dios rodeado de pequeñas estatuas de madera (miles) que al parecer representaban, creo recordar, las almas de los niños no nacidos.



Tras esto deshicimos el camino andado y nos dispusimos a encontrar al Gran Buda. Seguimos el mapa pero muy claro no teníamos el sitio hasta que… “el Gran Gato Buda nos guio en nuestro camino”



Y lo encontramos, yo no me podía imaginar que eso fuera tan grande… ¡pero grande!





Le dimos unas vueltas, lo remiramos bien, comprobamos que no había nada mas alrededor que fuera de interés y empezamos a hacerle caso al estomago. Volvimos, bebiendo como locas para aplacar el hambre y el cansancio, hasta la estación y de allí tiramos por una calle muy concurrida y llena de restaurantes, pero en lugar de decidirnos por uno a la vista, callejeamos un poco hasta dar con uno que tenia buena pinta y buen precio.

Para nuestra sorpresa era minúsculo y nos sentamos en la barra, desde donde veíamos al cocinero hacer la comida y la que sería su mujer, sirviendo las 2 mesas que había y la barra, todo muy familiar. La gente les contaba su vida mientras comían y por no mucho dinero nos dieron el plato de carne rebozada con una especie de curry suave y queso, unas patatas fritas empanadas y grandes con kétchup, una sopa de miso y un cuenco de arroz. Estuvo genial el sitio, la comida y el ambiente aunque fuera pequeño.

Ya de ahí nos fuimos a ver un templo mas antes de volver a Tokyo completamente rendidas. Esta vez el templo era el de Tsurugaoka Hachimangu.



Mas escaleritas y llegamos al altar principal. Había un pequeño museo y ya que estábamos entramos a verlo, justo cuando empezábamos a ver cosas escuchamos un golpe de tambor y nos asomamos por una puerta abierta que daba al patio central donde un encargado del templo estaba dándole a un tambor bastante grande.



Después de terminar el museo inspeccionamos un poco más la zona y volvimos en dirección a la estación de tren y de ahí de vuelta a Tokyo a descansar.

martes, 27 de julio de 2010

VII-sense: Segunda vez

26/07/10

¡Hola! ¡Omi al teclado!
El día 26 teníamos el segundo concierto multi-banda con VII-sense como plato fuerte (al menos para nosotras, oficialmente era el evento de otra banda que ni vimos…). Antes de ir a la sala del concierto, nos arreglamos y tiramos hacia Shinjuku para cambiar unos cheques en la oficina de correos, comer y dar una vuelta. De camino preguntamos en Like an Edison (tienda de discos) qué había que hacer para asistir a dos “instore events”, el de VII-sense el día 1 y el de Kaya el día 8; nos dijeron que con ir el mismo día 28 con tiempo vale, que dan los tickets por orden. Espero que tengamos suerte…
Foto de Elfe en Shinjuku, este pedazo de pantallón triple en medio de la calle me impresionó:



Comimos en una hamburguesería “japa” llamada Moss Burguer, que tiene establecimientos por todas partes. La verdad es que la hamburguesa de queso estaba mucho mejor que la del McDonalds de aquí, tenía una salsa la mar de curiosa. Vamos, que recomiendo comer ahí a quien tenga antojo de hamburguesa.
Luego nos dirigimos a Marui One a echar un vistazo y ponernos los dientes largos… En serio, necesito 100.000 yenes o más ya XD. Ese sitio tiene de todo, de todas las marcas (Moitie, H.naoto, Baby, BPN…); no sabes a dónde tirarte, es como un colapso mental. Volveré cuando cobre ahora a final de mes…
Fotos tomadas en las entreplantas de este centro comercial (genial):





Lo que sí compré fue una sombrilla-paraguas (tiene doble función) preciosa que nos vino de perlas porque se puso a llover de pronto al salir del Marui.

A las tres y pico fuimos a coger el tren para ir a Takadanobaba, donde está Takadanobaba AREA. Supuestamente yo había copiado un mapa de cómo ir a la sala pero lo leímos al revés y en vez de tirar para la izquierda al salir de la estación caminamos un buen rato hacia la derecha. Total, que no encontrábamos la sala. Menos mal que una vez más el Pigg me salvó y le mandé un mensaje a Mana-san, una chica que va siempre a los conciertos de VII-sense y que es bastante agradable. Ella me dijo que volviéramos a la estación, que nos esperaba allí, y afortunadamente nos encontramos enseguida y nos enseñó el camino a la sala. Nos lo hemos aprendido porque tenemos que volver varias veces además…

Del concierto me voy a centrar en VII-sense porque la verdad, sólo vimos cuatro bandas en total de las siete que tocaban (Depain, Keith y unos cuyo nombre parece un número de teléfono imposible de recorder). Las otras no me parecieron gran cosa, será que estoy un poco empachada de indies XD. Eso sí, desde aquí hago un llamamiento para que la gente se apunte a mi campaña “apadrina a un bandman”; esas criaturas necesitan comer, ¡lo necesitan! Había uno que era todo abdominales pero por más que lo miraba no encontraba dónde podía estar su estómago… lo que es el estómago para comer no existía. Su cintura era más estrecha que mi pierna. ¡Pucheros para todos ya! T_T Qué penita da verlos.

Pero yendo a lo importante, VII-sense salieron con poco tiempo (menos que el otro día) pero lo que tocaron fue increíble como siempre. A Shaura se le vio incluso más suelto, y cada dos por tres tenía su maravillosa patita en lo alto de una plataforma en el centro; y digo maravillosa porque su pantalón no deja mucho a la imaginación… se ve carne por todos lados. Creo que en cierto momento se me quedó mirando cuando él estaba en segundo plano un poco más atrás; me tiene fichada lol. Aunque me daba coraje tener que estar al lado de una panda de finlandesas que lo flipaban igual con todas las bandas, y me impidieron acercarme todo lo que hubiera querido a la zona central. Pero acabamos en segunda fila igualmente, Elfe delante de KAZ y Masato y yo entre Shaura y Erina. Las tipas de primera fila dan miedo, están tan ultra-coordinadas entre ellas que no sólo es imposible meterse en primera fila si no eres de su grupo sino que durante el concierto se cambian el sitio rápidamente (¿lo tendrán ensayado?) para ir siguiendo al miembro que les gusta cuando éste se mueve por el escenario. Cuando KAZ se acercó para mi lado puse los dedos formando un corazón (sí, es moña pero se hace aquí) y me da la impresión de que asintió un poco; además luego le dije por el Ameba que la de segunda fila era yo, jeje.

Musicalmente hablando, es que se salen. Hay una canción que me tiene enamoradita perdida y me da la sensación de que es la del segundo single. Ya falta muy poco para comprobarlo porque el single sale mañana, aunque no podré escucharlo hasta el jueves. Durante esa canción hacemos un “furi” especial, una serie de movimientos con las manos al ritmo de la música, y queda muy chulo. Verdaderamente, tal y como dice una amiga mía, para el primer single cogieron la canción más flojilla, la de Black Bird (aunque a mí me gusta). Os aseguro que las demás son mejores, van in crescendo; dadles una oportunidad y escuchad su segundo trabajo neee <3.

Después de VII-sense escuchamos otra banda más y nos fuimos porque nuestros pies estaban en huelga. Aunque no sin antes hacernos una foto con Mana-san, Makomi y varias fans de VII-sense:



Y aún nos quedan varios conciertos y eventos de esta banda, ¡yey!

Harajuku 100%

25-07-10

Elfe en el teclado.

Domingo 25, por un día decidimos no coger ningún tren, ningún metro ni nada y visitar lo que más cerca teníamos, a parte claro esta de la calle infernal de compras (Takeshita). ¿Destino? El parque de detrás de la estación, cruzando el que en su día fue el famoso puente del cosplay de Harajuku, y digo en su día por que ahora mismo no es ni una sombra de lo que fue.

Cuando entramos en el parque de pronto nos vimos transportadas a un bosque, tal cual lo leéis. Eso no era un parque, eso es una autentica selva amazónica. Impresiona muchísimo como se puede pasar en 10 segundos de estar en una enorme ciudad llena de gigantescos edificios a estar en un bosque silencioso y relajado.



Cruzamos un puentecito y andamos un poco mas antes de ver a una cola de gente bastante curiosa, miramos el cartel y era para entrar en los jardines que están junto al templo Meiji. Mucho japonés haciendo cola, no solo extranjeros así que tenía que valer la pena. Entramos y nada más ver el camino empezamos a pensar que realmente estaba cuidado. Camino de piedrecitas, a los lados del camino una vallita hecha con bambú, todo muy limpio… No andamos mucho cuando encontramos un estanque donde el emperador al parecer pescaba y tras el lago el bosque era denso, un bosque enorme, frondoso y lleno de vida.

Carpas que devana realmente susto de ver de lo grande que eran, tortugas e incluso vimos una garza o un ave similar.







Mientras mirábamos el paisaje del lago escuchamos a un grupo de personas que teníamos al lado hablando ¡ESPAÑOL! Así que les pedimos, en nuestro idioma, que nos hicieran una foto. Nos preguntamos de donde éramos unos a otros y resulta que eran de varios sitios. Bilbao, Valencia y Madrid.



Seguimos la ruta dimos unas vuelta y volvimos al lago y de ahí continuamos otro camino más hacia el jardín de las flores, pero de flores poco, verano, calor… mala época para que florezca nada, así que simplemente continuamos andando hasta ver otra vez una cola de gente. Nos cruzamos de nuevo con los españoles y nos dijeron que había una especie de fuente y que la gente esperaba para acercarse. Otro trabajo extraño el del guardia que se pasa el día vigilando la fuente y dando paso a los que van verla y no permitir que nadie beba de ahí ni haga ninguna cafreria.

Cuando nos toco vimos que era una especie de barreño de madera con un agua que de verdad parecía un cristal de lo transparente que estaba. Nos dejaron meter un poco las manos y la verdad que nos vino muy bien, porque estaba fría de verdad, y con el calor que teníamos…



Tras esto seguimos la ruta de nuevo que nos llevo hasta la salida y de ahí empezamos a buscar el templo Meiji, que no tardamos en encontrar. Enorme, como no, y muy bonito y cuidado, como todo aquí.



Nos purificamos a la entrada como iban haciendo todos, lavándonos las manitas y enjuagándonos la boca y entramos al templo. Vimos el altar, al que no dejaban hacer fotos, y dimos una vuelta por los alrededores antes de decidirnos a dejar una plegaria cada una en una tablilla.





Tras eso el estomago ya andaba rugiendo de lo lindo, así que tras echar un último vistazo al templo y al bosque que era ese parque volvimos a la ajetreada Harajuku de edificios, coches y gente, mucha gente. Nos llamo la atención un restaurante de ramen, sopa de fideos japoneses, y entramos a probar que tal.

Cuencazo tamaño pastor alemán como dice Omi, del que podía comer un regimiento. Carne incluida en el tazón, pero carne, unos buenos trozos. Eso estaba para morirse de bueno y lo disfrutamos de lo lindo, que bien nos sentó.



Y ya de ahí, volvimos al piso, tempranito, pero cansadillas de andar y pasear y con el estomago repletito de comida.

domingo, 25 de julio de 2010

Shinjuku 100%

24/07/10

¡Holaa! Aquí Omi.
El sábado por la mañana fuimos a Shinjuku para hacer un par de cosas. Primero usamos el cajero de una oficina de correos que abre todos los días (casi todas cierran los fines de semana), y luego buscamos Closet Child Shinjuku, una tienda de ropa lolita/gótica/variopinta de segunda mano. Como de costumbre encontramos alguna que otra ganga a la que no pudimos resistirnos.

Almorzamos en un sitio que estaba lleno de tíos japos cada uno a su bola, y parecía barato. En realidad más que barato era increíble, porque por poco más de 500 yenes (4 euros y pico) te quedabas más que lleno. Yo pedí sopa de miso y un tazón de katsudon (arroz, carne, huevo, cebolla etc. Todo revuelto, muy rico) y Elfe arroz con curry y cerdo empanado. Creo que nos convertimos en el foco de atención del lugar, siendo las únicas chicas y además gaijin.

Cuando terminamos nos dirigimos a una tienda de lo más curiosa que habíamos visto en el programa Españoles por el mundo. Se llama “Don Quijote” (escrito en katakana):



Venden de todo, desde pestañas postizas, medias o cosplays chungos (enfermera, colegiala…) hasta flotadores para la playa, relojes o cosas para adultos. Todo es la mar de caótico dentro, vamos como uno no tenga cuidado se lleva por delante más de un expositor. Además en la planta de abajo caminas montado en gente, es increíble la aglomeración que se forma. Yo compré un par de tonterías (porque si no no sería yo, ya me conocéis) y salimos como las balas.

Volvimos a casa porque lo mejor del día estaba por llegar. Le mandé un mensaje a Jennifer preguntándole dónde estaba el Christon Café de Shinjuku, y de camino si se apuntaba a cenar. Dijo que sí, y a las 8 de la tarde nos encontramos a la salida de la estación de Shinjuku (una de ellas, que ya Elfe explicó que salir no es tan fácil…). El Christon Café es una cafetería/restaurante/bar de copas con una ambientación espectacular. Todo está decorado con motivos religiosos entre lo kitsch y lo gótico, con cruces, santos, candelabros, luz tenue etc. La atmósfera es indescriptible, y la comida, aunque no ponen mucha cantidad, no está nada mal.



Para que os hagáis una idea, el menú venía dentro de una “biblia”:



Y lo que me acabó de matar fue que los cócteles tenían nombres sacados de los títulos de las canciones de mi amadísimo Kaya. Olé. Ophelia, Chocolat… También había uno llamado “Jasmine”, y creo saber la razón ^_^. Genial del todo. Elfe y yo nos pedimos un Chocolat, que más que un cóctel parecía un postre, con su cacao, su nata y todo.



Para comer pedimos un plato de gnocchi de patata con salsa de queso azul de yo que sé (y brócoli… buf); la cuestión es que la cantidad era ridícula pero ese día habíamos almorzado tan bien que tampoco importó. Tuvimos que marcharnos a las diez y pico porque a y media había una fiesta y cerraban al público (en este sitio suelen actuar los de Tokyo Decadance, quién sabe). A la salida vimos que en unas vitrinas tenían diferentes muñecos customizados en plan gótico y vampiresco, un verdadero puntazo:



Al salir del Christon, nos dirigimos a un karaoke cercano para pasar otro ratito y cogimos una de las habitaciones (ojo, el edificio tenía 8 plantas más otra VIP) para una hora. Al ser sábado por la noche salió un poco caro, pero ir al karaoke siempre merece la pena. Elfe descubrió que no puede leer las letras en japo (kana y kanji) y se decantó por temas en inglés, mientras que Jennifer y yo le dimos un repasillo a las discografías de Lareine y Versailles, y añadimos alguna que otra canción variada. Espero que Kamijo no se ofenda por lo que hice con su Ascendead Master, lol. Aquí Elfe y Jennifer:



A la salida del karaoke ya eran casi las 12 y Jennifer tenía que ir a la estación para coger su último tren a casa. Nosotras decidimos quedarnos un rato más de “marcha” nocturna y dimos unas pocas de vueltas por Kabukicho, un área de Shinjuku llena de luces y de vidilla. Cuando estábamos paradas pensando a dónde dirigirnos, se nos acercó un chaval guapísimo y la mar de bien vestido y nos preguntó que qué buscábamos por allí y qué íbamos a hacer y tal. Eso fue después de preguntar si entendíamos japonés, a lo que yo dije que sí, que un poco. Le dijimos la verdad, que estábamos paseando, que veníamos del karaoke, tal y cual. ¿Y por qué no nos dio miedo contar nuestra vida? Porque evidentemente era un host ¡y una no habla con un host todos los días! Yo estaba súper rayada intentando seguir la conversación; nos preguntó qué música cantábamos en el karaoke, y empezó a hablar de Marilyn Manson y de Judas Priest (hermanita, me acordé de ti). Una aclaración: los hosts salen a la calle a buscar clientas; la cuestión es que a medianoche no es normal que busquen clientas nuevas sino que atiendan a sus habituales, así que resultó raro que se nos acercara. Pero no nos invitó al club ni nada, después de charlar un rato nos dio las gracias (¿?), se alejó y se puso a hablar con otros hosts, todos ellos mirándonos. Para los que anden perdidos (y aislados de doramas, mangas y anime varios), los hosts son simplemente chicos de compañía que dan conversación (ni más ni menos que eso, no penséis raro). Se les da estupendamente bien charlar con chicas, pero yo creo que mi torpe japonés acabó por espantarlo… En fin, que estuvo curioso, y era muy guapo y nos alegramos la vista un rato por allí. Y no, no tengo fotos de esto, no me peguéis… jaja. Otro día intentaremos sacar fotos.

Volvimos a casa en taxi a las 2 de la mañana. La verdad, molesta bastante que en una ciudad tan grande y con tanta vida nocturna no haya transporte público de ningún tipo a partir de medianoche… en realidad es incomprensible. Menos mal que vivimos lo bastante cerca de Shinjuku y Shibuya como para volver en taxi si nos descuidamos.

The GazettE y el Budokan

23/07/10

Elfe modo histérica informando…

Día 23, gran día, pero empezare por el principio. Nos despertamos tranquilamente y sin prisa, nos pusimos una ropa cómoda, ya que el día prometía ser ajetreado. Lo primero fue llamar al onsen donde teníamos reserva para cambiar el día de llegada, ya que en nuestro cumulo de cosas no habíamos contado con un par de ella y necesitábamos hacer esa escapada sin prisa ni nervios, sobre todo porque el susodicho sitio está en a tomar por saco en Nikko, que desde nuestro piso tardaremos algo más de 3 horas y media en llegar. Después de que Omi se defendiera con japonés entremezclado con ingles para realizar el cambio sin ningún problema nos fuimos a la calle, pobres de nosotras que creyendo que tras el chaparrón de la noche antes iba a refrescar nos encontramos con la misma calor y más humedad aun.

Fuimos al Lawson a sacar las entradas del concierto de VII-Sense del lunes que viene y para hacer tiempo entramos en KiddyLand, que es una tienda gigantesca, como la mayoría, de juguetes con la diferencia de que no ves un niño dentro, sino todo gente ya crecidita babeando igual que niños con las cosas. Entre algunas curiosidades es que había una planta dedicada a Snopy y otra a Hello Kitty, donde vimos una Kitty andadora amarrada a un palo dando vueltas.

Tras tener que sacar a Omi de allí casi de los pelos nos fuimos a llenar el buche a un sitio llamado Italian Tomato, que sirven pasta. Al no tener coca cola hicimos una mezclina un tanto rara, pero que aquí nadie vio extraña. Un Ice Cocoa (una especia de batido de chocolate con mucho hielo) y un plato de espagueti con crema de mozzarella y tomate. Pa morirse.

Llegados a este punto comenzó nuestra odisea de transporte para llegar, y aquí viene lo importante del día, al estadio Budokan donde tendría lugar pocas horas después el tan esperado concierto de The Gazette, por lo que ahora comprenderéis el por qué de mi histerismo. Primero cogimos la línea JR de tren para llegar a Shinjuku, hasta ahí, todo bien, pero al salir empezamos a buscar la línea verde de metro y…. no estaba, simplemente no estaba, estábamos en la estación adecuada pero el metro no estaba. Entonces llegamos a la conclusión de que la estación de Shinjuku es como otra dimensión que se extiendo bajo la ciudad en sí y donde las cosa desaparecen sin saber como con metros, vías y todo lo que haya, tal como hemos leído en internet y comprobado en nuestras carnes, entrar es muy fácil, salir... es otro cuento y más aun salir por donde tienes que salir, porque eso tiene más salidas que un colador. Cuando crees haber encontrado un mapa de la estación resulta que es un directorio de las tiendas, cuando crees que has encontrado una salida acabas metida en un centro comercial. Total que acabamos saliendo a la calle por donde no sabemos y buscando una boca de metro donde saliera la línea verde. Tras preguntar a dos guardas (vivan los Koban, o puestos de policía, que aquí no están para arrestar a nadie sino para guiar a pobres e inocentes turistas extraviados) llegamos al metro, llegamos a nuestra parada destino y allí estaba, el Budokan al final de una cuestecita que por mucho calzado cómodo que lleves te dan ganas de tirarte hacia abajo rodando. Quedaba hora y cuarto para que abrieran las puertas y allí había más gente que en la guerra, desde personas con atuendos normales, pasando por lolitas hasta cosplays que si no fuera porque sabes que no son ellos te tirarías al cuello de más de una gritando.

Mientras esperábamos sentadas y tras comprar merchandising (yo me compre una camiseta, una toalla, una bandana y una agenda) vimos cosas que solo pueden ocurrir en un concierto de The Gazette en Japón. Visión doble de Uruhas con el mismo cosplay, Aois medio muertas luchando por levantar los pies del suelo con los plataformazos, Reitas idénticas a causa de la nariz tapada y una multitud de Rukis hablando entre sí provocando un colapso a mas de una. Eso si Kai solo vimos una y no estaba muy logrado que digamos.



Allí estaban los camiones de la gira, con las imágenes del grupo del nuevo single.



Y qué decir del estadio, enorme y muy chulo. El Budokan es un estadio de artes marciales de forma octogonal y nuestros asientos estaban en la segunda planta en el lado suroeste.



Mención especial a los ramos de flores que revistas, cadenas de televisión, marcas de guitarras, etc... regalaron al grupo. El staff se las vio y deseo para poder colocarlos todos en fila sin que ninguno quedara oculto a la entrada del estadio. Cada vez que pensábamos, ya no saldrán mas, salían otros tantos, hasta tal punto que tuvieron que poner alguno bajando la escalera principal.



Cuando entramos al principio nos sentimos un poco desconcertadas por la distancia al escenario pero, a pesar de que nos hubiera gustado verles mejor, se les oía de maravilla y disfrutamos del concierto muchísimo. Cuando empezaron a salir al escenario volví a sentirme como si fuera la primera vez que les veía, como si una parte de mi reviviera aquel concierto en Paris, pero sin empujones y dolores de todo tipo. Todo el público estaba de pie, pero en su sitio, y fue sorprendente ver como se iba llenando el lugar.



La primera canción fue Filth in the Beauty, y nunca jamás en mi vida he visto tanta coordinación en un público, todo el mundo sabía que hacer exactamente en qué momento y como y la verdad no fue difícil pillar el ritmo, además que los efectos de fuego si no te los esperas te llevas un buen susto y un subidón de adrenalina. Siguió la canción Headache, donde unas explosiones en el borde del escenario hizo que más de uno pegara un grito del susto (me incluyo), después tocaron mas como Shiver, Leech, Cockroach… Pero hubo algunas que realmente me llegaron como por ejemplo Kare Uta, que si mal no recuerdo no se encuentra en ningún single ni álbum, por lo que la única forma de escucharla es en un concierto (en directo o en DVD), así que cuando puedes oírla en directo es como… no se… y más aun quienes hayan leído y/o traducido esta canción, ya que la letra es realmente preciosa, así que no pude evitar echar alguna que otra lagrima mientras la escuchaba desde mi lugar en el Budokan. También tocaron una B-side del nuevo single Shiver, la canción se llama Naraku y es realmente impresionante. Otra que tampoco esperábamos oír fue D.L.N. pero la que nos dejo por los suelos, y esto es literal, fue Discharge, una canción bastante fuerte donde la interacción publico-grupo es brutal y lo que Ruki diga va a misa, saltar, gritar, mover los brazos, hacer headbang. Resultado… una clase intensiva de aerobic a lo bestia, que aun hace que hoy me duela el cuello y la cintura, pero realmente la disfruté como no pensé que podría disfrutar esa canción. Demás es impresionante ver desde arriba como todo el mundo se mueve al unísono, es muy impactante. Hubiese estado bien que hubieran puesto la pantalla grande para poder verles de cerca desde donde estábamos, pero viendo la ropa (la de Ruki no podía brillar mas por que hubiera sido una bombilla), el pelo, los movimientos, sabias que eran ellos, no podían ser otros, no me arrepiento de haber ido en absoluto. Pero el concierto aun no había terminado a pesar de que poco después de esta canción salió del escenario.

Todo el mundo comenzó a palmear y a gritar el conocido “ENCORE” para que volvieran a salir. Yo personalmente lo grite hasta que creí que la garganta se me iba a hacer añicos y por fin salieron de nuevo, empezando como en todo encoré con el Ride With the Rockers, donde primero tocan Kai la batería y Reita el bajo solos y tras unos minutos de disfrutar de ellos dos se unen los guitarristas, Aoi y Uruha dándole un final increíble al principio de la segunda parte del concierto. Y ahí sale de nuevo Ruki y empiezan a tocar LINDA, una canción larga donde aunque es repetitiva en algunas partes lo importante esta, al igual que en Discharge, en la participación del público. Segunda parte de la clase de aerobic donde ya dices “mañana no hay quien me levante de la cama”.

Y el final apoteósico para el concierto, después de un par de canciones más, fue cuando Ruki anuncio como última canción Best Friends. La gente canto a pleno pulmón y no dejo de saltar y animar. Y yo que pensé que los japoneses eran unos muermos en los concis… cuando quieren bien que animan. Resultado… la gente volvió a gritar ENCORE hasta tal punto que por megafonía nos pidieron que fuéramos desalojando el estadio, así que poco a poco la gente se resigno y fuimos saliendo, comprándonos un refresco para remojar las gargantas e inocentes de nosotras salimos tranquilamente cuando de pronto nos encontramos con una procesión de por lo menos 100 chicos dándonos propaganda de grupos de música visual indie y aun mas paranoia cuando nos fijamos en que los que reparten ¡son los mismos de los grupos! Nos faltaban manos para coger todo lo que nos daban y si por mi hubiera sido hubiera vuelto a empezar para repetir XD.

El resultado… Omi y Elfe doloridas en el tren, con un cargamento de flyers de grupos y con una sonrisa de oreja a oreja.

Si alguien por curiosidad quiere ver la mezclina que hicieron en el concierto aquí dejo el setlist completo:

01.Filth in the beauty
02.HEADACHE MAN
03.HESITATING MEANS DEATH
04.SHIVER
05.A MOTH UNDER THE SKIN
06.Ruder
07.Akai One Piece
08.Toguro
09.Naraku
10.Kare Uta
11.D.L.N
12.LEECH
13.Maggots
14.OGRE
15.DISCHARGE
16.COCKROACH
ENCORE Ride with the ROCKERS
E1.LINDA -candydive Pinky heaven-
E2.[DIS]
E3.Kantou dogeza kumiai
E4. ☆BEST FRIENDS☆

sábado, 24 de julio de 2010

Ueno y la Torre de Tokio

22/07/10

Muy buenas, Omi al teclado.

El jueves nos levantamos y nos fuimos a hacer turismo con todas sus consecuencias. Empezamos por el bonito barrio de Ueno, donde hay infinidad de museos, parques y templos de todos los colores. Nos dirigimos al Museo Nacional, cuya entrada nos costó un poco encontrar por torpes (es decir, la encontramos pero pensamos que no era esa y seguimos andando, lol). Consta de varios pabellones pero preferimos centrarnos en el “honkan” o pabellón principal, que muestra la evolución de la historia y cultura japonesas a lo largo de una serie de objetos como cerámica, kimonos, espadas, biombos… Esta foto se la dedico a Yuki por razones muy obvias:



Y en éstas salimos nosotras:





Hemos puesto las demás fotos del museo (y de muchas más cosas) en nuestro photobucket para no saturar esto, echad un vistazo: LINK

La verdad es que aprendimos mucho y como había aire acondicionado y poca gente se estaba de maravilla allí dentro. A la salida paramos a comprar unas postales en la tienda del museo y comimos en la cafetería; estaba todo muy rico y para ser un museo no nos salió nada caro.

Luego paseamos por el parque de Ueno deteniéndonos en diferentes templos y sacando fotos aquí y allá. Por ejemplo:





Cuál no sería nuestra sorpresa al mirar el mapa y ver que estábamos delante de un lago cuya agua no veíamos… la razón es que está todo cubierto de unas plantas acuáticas gigantescas que te hacen sentir como Alicia en el jardín de las flores. Me pareció leer en la guía que se alquilaban barcas… yo creo que la única manera de cruzar ese lago era a lo Kingdom Hearts, de flor en flor…



Salimos del parque con la intención de coger el tren para ir a ver la Torre de Tokio, y por el camino nos encontramos la típica hilera de máquinas de gashapones. A ver, es normal encontrar gashapones de anime, de idols, de actores, etc. Lo que no me pareció ni medianamente normal fue una máquina de gashapones de bustos grecorromanos…



Por fin cogimos el tren y llegamos a la zona de la Torre de Tokio. Yendo hacia ella vimos un restaurante español; estaba cerrado así que no pudimos pararnos a llorar en la puerta pidiendo jamón y aceite de oliva…
También de camino había un templo gigantesco (Zojo-ji) con varios edificios, y nos paramos a hacer unas fotos. Ésta es la más chula:



La Torre en sí impresiona, por lo visto está basada (o basadísima) en la Torre Eiffel pero es más ligera y un poco más alta; la pintaron de rojo y blanco por un tema de normas de aviación. Lo que no me esperaba era que tuviera un edificio de varias plantas entre las cuatro patitas. Foto desde abajo:



Sacamos la entrada para subir al primero de los miradores, a 150 metros, porque sinceramente ir arriba del todo era carísimo y tampoco vale la pena; ya iremos otro día a la torre de las oficinas del Gobierno que son también altas y gratis. Subimos en un ascensor que daba al exterior directamente y quedamos impresionadas al ver todo Tokio a nuestro alrededor. Las vistas eran increíbles.



Elfe aprovechó para su gran momento reivindicativo, con el cual no tengo nada que ver puesto que soy sevillista a mucha honra… pero oye la foto está chula:



Nos impresionó mucho asomarnos a una ventana con cristales que tienen en el suelo del mirador; si te colocas encima parece que te vas a caer. Mirad qué foto, con la pata de la torre debajo mía.



También había una cafetería en el mirador, y después de un pateo tan grande sentimos que nos merecíamos esta maravilla de vaso de helado de chocolate con pudding y cereales:



Cuando salimos de la torre vimos que había un montón de gente congregada en el exterior. Estaban viendo un espectáculo de un chico con un mono amaestrado… una cosa tremenda; pero no pongo la foto aquí porque esta entrada se va a salir hasta de la página… ya sabéis, mirad el álbum online.
Después de tantas aventuras, cuando volvimos a casa no éramos ni la sombra de nosotras misma, y en el ascensor Elfe soltó una gran frase:

Elfe: Nuestros pies se van a emancipar; se manifestarán en el balcón tirando tacones a la calle.

Habíamos comprado la comida en el konbini (24 horas) de la esquina, y al calentarla me dio por decir:

Omi: Por lo menos vamos a cenar como personas, ¿no? Que ya desayunamos como animales.
(Esto se debe a que desayunamos en el suelo de la habitación porque nos falta una silla, pero cenamos en la mesa de la salita…)

Y así transcurrió el día, para que veáis que no sólo vamos de compras y a conciertos, jaja. Aquí hay mucho por ver y mucho que hacer. Pronto más.