jueves, 22 de julio de 2010

Akihabara y cena con Masayo

20/07/10
Elfe al teclado.

Ese día nos despertamos con tranquilidad, pero sin quedarnos en la parra, pues teníamos planeado ir a Akihabara y de ahí a cenar con Masayo, una amiga de Omi del Ameba.

El caso tras vestirnos de forma cómoda nos propusimos llegar a Akihabara, conocido como el barrio tecnológico por excelencia, ya que aparato con cables que no encuentres allí, no lo vas a ver en ningún otro lado, y si eres epiléptico abstente de acercarte ya que todo son lucecitas parpadeantes, maquinitas brillantes de videojuegos y demás cosas así. Pero antes de llegar siquiera a nuestra estación caímos en el detalle de algo que habíamos tenido ante nuestras narices y no habíamos visto antes, junto al piso tenemos una tienda de Soom, es decir ¡Dollfies!, los muñecos esos tan sumamente realistas y caros, una monada.



Llegamos a Akihabara y comenzamos a andar por aquel autentico laberinto de calles primero para ir en busca de una oficina de correos por motivos monetarios y luego para ir en busca de las tiendas y de un sitio para comer. Lo dicho, mucha sala de juegos, mucha tienda de electrónica, mucha tienda de manga y coleccionistas, muchos cafés de sirvientas, de los que chicas vestidas de cosplay se acercaban a dar propaganda, y mucha tienda de hentai (porno en anime, ya que la inmensa mayoría de visitantes de Akihabara son chicos).



Tras andar un rato nos quedamos mirando el interior de una tienda que estaba llena de maquinitas de estas que echas una moneda, y con un gancho intentas conseguir un muñeco, pues bien había una con unos gatos de peluche negros súper monos y a Omi se le metió entre ceja y ceja coger uno. A la segunda lo hizo y ella más feliz que unas castañuelas diciendo, “Japón me debía un muñeco, que hace dos años eche muchas veces y ni una vez lo conseguí”.



Seguimos nuestro camino y terminamos decidiéndonos por un sitio para comer antes de cruzar al otro lado de la calle para ver las tiendas de allí. Curiosidad del día, nuestro almuerzo… Curry con arroz, hamburguesa y queso, parece una guarrada, pero estaba bueno.



Continuando con nuestra visita turística tecnológica Omi por fin se decidió a entrar en unos grandes almacenes a comprarse una cámara de fotos digital. Momentazo fue cuando de pronto la veo tropezarse con una esquina que según ella no estaba allí, a lo que yo le dije “Claro, cuando te vio salió ¿no?” Y terminó yéndose al suelo, cayendo apoyada con las manos y las rodillas en mitad del pasillo. Su frase al levantarse fue:

“He metió un conejazo que me lo he comío to”

Un dependiente con cara de circunstancia y yo a punto de caerme también peor de intentar no reírme al escucharla. Al menos se decidió por una cámara rosa (para mi gusto muy moña, pero a ella le gusta) con un pantallón que no veas y táctil, muy buena la verdad, le compro una tarjeta de memoria y una funda, que yo me compre otra para mi cámara pero en negra (la suya como supondréis es rosa). Una vez llegadas a este punto decidimos volver al piso, cambiarnos e irnos a la cena con Masayo. En el tren de camino a Harajuku, va y este se queda parado, sin motivo ni razón unos 10 minutos, algo que aquí solo puede ser dos cosas, fallos técnicos o que alguien se ha tirado a las vías del tren, y dado que no dijeron nada de fallos puede ser que fuera lo segundo, como muchos sabréis Japón es el país con mayor índice de suicidios y tienen una fijación por las vías de cosas que se muevan rápido y sean grandes y de metal...

En el camino de la estación al piso senos antojo un helado y terminamos metiéndonos entre pecho y espalda un crepe con nata, helado de chocolate y sirope de chocolate, aunque el de Omi además llevaba trozos de plátano. ¡Que cosa mas rica por dios!



Llegamos al piso un poco más justas de la hora y tan pronto nos cambiamos salimos hacia Shibuya, donde habíamos quedado con Masayo en la estatua de Hachiko, el famoso perro que espero muchísimo tiempo a su dueño en la estación de metro a pesar de que esta había muerto.

Decir que Masayo es mayor que nosotras y es vocal trainer, vamos que se dedica a enseñar a cantar, habla ingles de maravilla y estudio en Estados Unidos, donde su profesor de canto fue el mismo que el de Michael Jackson, Madonna y otros grandes artistas. Vino con uno de sus estudiantes, Junta, y nos fuimos a comer a izakaya, donde esta mujer no dejo de pedir cosas, un plato tras otro hasta tal punto que nosotras dos pensamos que íbamos a reventar de verdad, pero estaba todo tan bueno. Probé por fin el autentico sashimi, es decir pescado crudo, peor crudo de verdad, con salsa de soja. ¡Que bueno que esta el condenado atún! También comimos alitas de pollo fritas con salsa de soja y sésamo, pollo frito de una forma un poco distinta y unos pescaditos secos estilo chanquetes que se comían así sin más. Además pidió arroz con salsa de cangrejo y huevo. Al final también pedimos algo de sake, autentico sake japonés, que encima hay de varios tipos y nos trajeron uno distinto a cada uno para probarlos. Precaución a los que vengan y pidan sake, sube rápido y bastante aunque bebas poco. Otro dato fue que Masayo nos trajo a cada una un ejemplar de una revista japonesa de música en la que cada mes ella tiene una columna fija, apareciendo con foto y todo incluso en el índice.


Masayo, Junta, Elfe


Junta, Elfe, Omi

Nos quedamos de piedra cuando nos levantamos para irnos y Masayo se nos escapa y se va a pagar la cuenta ella sola, todo ese banquete, pero no pudimos hacer nada para que nos dejara pagar nuestra parte.

De ahí nos llevó a ver tiendas, alucinando que estábamos al ver una tienda de discos y DVDs abierta a las 11 de la noche de un martes. En esta tienda mencionada me lleve la alegría del día cuando vi que ya vendían el single nuevo de The GazettE ¡pero este single no salía hasta el día siguiente! Y encima para rematar la faena me regalaban un poster y me dieron a elegir entre dos modelos distintos. Vamos mi cara de felicidad tuvo que ser suprema por que no se… y también me compre una revista con una sesión de fotos de The GazettE y algunos grupos mas de mi interés que regalaban un CD con estas sesiones y un poster mas de The GazettE también, vamos día redondo.

Masayo también nos indico dónde podíamos comprar nuestros yukatas para los festivales a buen precio, y fuimos a un supermercado, el cual era un autentico caos en comparación con los de España.

Ya de ahí volvimos a la plaza de Hachiko, nos hicimos alguna foto más con la estatua del perrito y junto a una maquina de tren que había allí de color verde y nos despedimos de Masayo, que dijo que volveríamos a vernos antes de que nos fuéramos de Japón.





Hasta aquí nuestro día 20 de Julio en Japón.

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