jueves, 29 de julio de 2010

Muriendo por un CD y de viaje al Japón profundo

28/07/10

Omi informando.
El miércoles nos levantamos y fuimos a la puerta de Like an Edison (tienda de música) sobre las nueve y media porque a las once abrían y esa mañana salían a la venta cds de un montón de grupos (¿se pondrán de acuerdo?). Total, que para no tardar mil años y llegar a tiempo a coger nuestro tren a Nikko nos sentamos por allí a esperar. Gran error. La cola no se hacía en la puerta de la tienda; habían pegado un mapa, en japo por supuesto, indicando dónde estaba la cola. Total que perdimos un tiempo precioso y cuando llegamos a la calle de al lado ya había más de veinte pavas en fila con sus sombrillas y todos sus avíos. Me entró un cabreo de narices pero tocó esperar en esa cola. Para evitar avalanchas, a las once dejaron pasar a las niñas en pequeños grupos y tardamos otro rato en pisar la tienda. Pero ahí no acabó todo. Una vez se entraba, las niñas se ponían en cola para pagar, teniendo en cuenta que las novedades las habían puesto al fondo en varias mesas, es decir, primero te ponías en cola y luego cogías lo que querías. De ciencia ficción. Trincamos los singles de Kaya, uno por cabeza, pero no vimos el single de VII-sense por ningún lado y empecé a atacarme seriamente. Cuando vi que Mana-san, una amiga que iba justo delante nuestra, no conseguía su copia y en su lugar la dependienta le daba papeles y un montón de explicaciones acabé de atacarme del todo, pensando que algo iba a salir mal, que no íbamos a conseguir los singles y por tanto las entradas al instore event (o evento en tienda) del día uno. Resultó que no habían llegado los discos, pero la mujer nos dio un vale para ir al evento y también reservamos nuestras copias y las dejamos pagadas; las recogeremos pronto. Tenemos los números 2 y 3 para el evento, eso va a ser mortal jeje. Y para el evento de Kaya, el 6 y el 7, bieeeen. Mucho atacarme para nada; todo tenía solución (en serio que casi lloro allí en medio, de pronto no me salía el japonés, sólo el inglés; de sólo pensar en no estar en ese evento y no poder darle a Shaura lo que le tengo que dar me entró algo malo…)

Por supuesto, con toda la movida, no llegamos a tiempo al tren que teníamos que coger. Fuimos deprisa a la estación y la mujer del mostrador de información nos explicó qué conexiones teníamos que hacer para llegar a Nikko a una hora razonable. Ahí empezó nuestra odisea.

A la una menos veinte tomamos el tren expreso de Shinjuku a la estación de Tokio (la más “importante”), de donde salen los trenes balas o shinkansen. A pesar de llegar con el tiempo justo, nos metimos en el vagón sin reserva de un shinkansen a Utsunomiya, que tardó una hora más o menos (tren número 2). Impresionantes la velocidad y la comodidad de estos trenes. El tercer tren fue de Utsunomiya a Nikko y tardó otra hora por lo menos (tren 3). En Nikko cogimos otro tren que ya no cubría el JR Pass porque era de una compañía privada, la Tobu, y a la segunda parada transbordamos (trenes 4 y 5 respectivamente). Aquí ocurre una cosa curiosa con los trenes, que la verdad no sé si pasa en España, y es que hay trenes que en cierto punto se desdoblan, y unos vagones tiran para un lado y otros para otro. Es decir, que incluso después de haberte montado en el tren puedes no llegar al sitio al que pretendías ir. Mortal. Por suerte nos explicaron dónde subir y en el quinto tren (que perdió todos sus vagones menos dos por el camino) subimos y subimos viendo un paisaje maravilloso a ambos lados: montañas, árboles, ríos. Pasamos por unos sitios tan recónditos que el tren paraba al lado de las casas, sin estación ni andén ni nada… (qué horror para la gente de las casas, por cierto). Y si pensáis que cinco trenes para ir a un sitio es una pasada, eso no fue todo. Una vez en la estación de Yunishigawa Onsen, y con toda la buena suerte del mundo, cogimos el último bus que hacía el recorrido por diferentes onsen soltando y recogiendo gente, el de las cinco y cuarto.



Pero viendo paisajes como éste ¿quién se quejaba?



La nuestra era una de las últimas paradas, y por fin, después de casi cinco horas de trayecto y medio muertas, llegamos al Japón profundo, donde existen cosas increíbles que en las ciudades como Tokio (aunque también sean increíbles) no pueden ni imaginarse. Corto la entrada aquí porque necesito otras dos para organizar las mil fotos y contar bien nuestra experiencia en el ryokan y Nikko. Seguid pendientes.

3 comentarios:

Ra_haru dijo...

dioooox qué barbaridad!!!! Lo de los trenes que se van despiezando me ha dejao flipada!!! XDD que grandes son estos japoneses!!
No entiendo muy bien lo de los eventos, ¿es como un concierto con meet&greet?

Seguid asíi ya he visto las fotos del onsen ¡que maravilla! Seguro que mereció la pena las 5 horas de tren XD
Un beso!

Anónimo dijo...

Lo de los trenes tambien lo hay aqui tampoco lo flipeis tanto por dios XD

Anónimo dijo...

Kamakura...Daibutsu......conciertos...singles....trenes tetris/mecano....Ryokan...O_O....


OMFG

T.T

Besotes a tutiplen, nena.

Neko =^^=