domingo, 18 de julio de 2010

Final apoteosico del primer día

17/07/10
¡Aquí Omi! Continúo contando cositas ^_^.

Subimos a la cuarta planta en ascensor y entramos en la que va a ser nuestra casa durante un mes, después de mucho pelearnos con la llave ya que las puertas, como tantas otras cosas aquí, van al revés (no quiero ni entrar en el tema de los grifos, el tráfico o las escaleras mecánicas). Lo primero que vimos al entrar fue un zapatero lleno de zapatos tamaño Goofy. En Japón, como sabéis, está feo entrar en las casas con los zapatos puestos así que hay que utilizar un pequeño rellano para hacer el cambio. Inmediatamente intuimos que los otros inquilinos de la casa eran hombres bien alimentados de pequeños por sus madres. El piso consta de un salón con un poster de un señor muy feo en la pared que cada vez que pasamos nos asusta, varias habitaciones, una cocina llena de trastos (incluyendo, como era de esperar, doscientos cubos de basura diferentes ohmygod), el baño (no está mal, mientras no haya cucarachas no me quejo; eso sí, para sentarse en el inodoro hay que ser contorsionista porque la tapa no se puede levantar del todo y de camino cenas lavabo), y un aseo más que supongo acabaremos utilizando bastante. En cuanto a la habitación, no podemos quejarnos. Tiene un balcón (mucha luz), aire acondicionado, un escritorio con su silla, bastante espacio para ropa y para nuestras cosas y dos camas (una es más bien un futón en el suelo, pero las dos son cómodas). Pero lo mejor de todo es la ubicación. A diez minutos escasos andando nos plantamos en Harajuku (con sus tiendas de ropa y su parque), en la estación de tren o en la de metro; la comunicación con el resto de zonas famosas de Tokio es increíble, llegaremos a cualquier parte enseguida. Resumiendo, hemos acertado de pleno con este piso-residencia de Sakura House.

Después de medio instalarnos, nos duchamos para quitarnos el sofoco que traíamos después de arrastrar maletas en un día de calor insoportable. Voy a compartir otra frase-perla de Elfe, que surgió cuando estábamos hablando de los tíos japoneses y nuestra timidez:

Omi: A los japos les gusta mucho el punto “tontita”.
Elfe: Pues por eso, como nosotras somos medio gilipollas…

(Olé ahí, esa buena propaganda XD)

Luego nos arreglamos y nos dirigimos a Akasaka para ver el concierto de Moi dix Mois y Közi, Deep Sanctuary 2, en la sala Akasaka Blitz. El espectáculo que nos esperaba era abrumador. Centenares de fans aguardaban en perfecto orden, mientras un señor iba llamando a los miembros del club de fans para que pasaran antes. Pasé mucha vergüenza pero preguntando a unos y a otros cambiamos nuestro e-mail de reserva por dos entradas con los números 25 y 26; eso sí, el e-mail decidió entrar por su cuenta, se nos voló y casi se mete en la sala… menos mal que un hombre que trabajaba allí nos lo dio. Entramos y me detuve un momento para comprar algo de “mercha”: el libro de fotos del tour y una camiseta monísima con un chibi-Mana (también conocido como Matin) en versión Manapy, es decir con referencias a Snoopy). Dos minutos después cogimos posiciones en segunda fila, en el lado de Mana, y comenzó nuestra larga espera de una hora mientras la sala se llenaba. Y se llenó. Fue fascinante ver tantísima gente apiñada allí. En primera fila estaban varias conocidas/amigas mías, incluyendo a Jennifer, la chica que tanto me ayudó hace dos años, y Angelica, una fan de Mana brasileña muy amable.

El concierto tenía que empezar alrededor de las 19.00 pero a las 18.15 salió Közi a escena con sus miembros de soporte. Teniendo en cuenta que llegué tarde al fandom de Malice Mizer (o sea, cuando ya no existía) y no he seguido de cerca la carrera en solitario de Közi, nunca lo había visto en persona. Es un tipo impresionante, parece que hubiera nacido encima de un escenario; su presencia es abrumadora y a la vez consigue ser teatral y divertido. Se conserva bien; evidentemente Mana ha compartido con él el secreto de la eterna juventud. Me llamó la atención su ropa, de un estilo difícil de definir y colores rojizos, y su guitarra blanca que parece hecha con trozos de mosaico brillante (una preciosidad). En su repertorio incluyó Honey Vanity, una canción que sí conozco y que me gusta mucho. Se notaba que gran parte del público estaba un poco perdido en cuanto a su música, como yo, pero en las primeras filas había auténtica pasión por él. En general me causó una muy buena impresión; si bien no tiene una voz prodigiosa, desborda carisma y talento con la guitarra.

Ya durante la actuación de Közi las fans habían empezado a empujar y luchar como salvajes (Elfe tuvo que soportar a una pellizcona japa a su lado), y como os podéis imaginar la cosa fue a peor cuando llegó el turno de Moi dix Mois. Tengo que decir que los nuevos trajes de la banda son espectaculares, sobre todo el de Mana, que se ha superado a sí mismo por vigésima vez y llevaba un atuendo en negro y azul con mucha gasa que enseñaba parte de sus piernas a través de unas preciosas medias de rejilla (un pantalón de estos cortados en dos partes y con las medias debajo). Los demás miembros estaban muy guapos también, sobre todo Seth y Hayato. Se me da fatal recordar setlists pero recuerdo vivamente que tocaron Metaphysical, Deus ex Machina, La dix Croix (sí, ¡del primer disco!)y Dispell Bound (o la canción secta, como yo la llamo), además de dos temas nuevos que suenan de maravilla y me hacen aguardar con ansias el disco que saldrá en diciembre. También hubo cánticos de “dix love” en voz de un público que, totalmente entregado, coreaba todo lo que Seth decía. Citando lo que me dijo una amiga al terminar el concierto, Moi dix Mois es una banda que ha madurado, ha cuajado y ha alcanzado un nivel impresionante; sus integrantes han ido creciendo como músicos, y ahora es mucho más sólida que hace unos años (y esto lo comparto teniendo en cuenta que yo los vi por primera vez en 2006, y luego en 2008). Es una banda amada, con seguidores fieles que adoran a Mana y se lo hacen saber a cada momento, a sabiendas de que Mana les corresponde. Me sentí parte de algo muy, muy grande, y muy difícil de explicar. Pero lo mejor no había llegado.

No sé si puedo encontrar las palabras para describir lo que ocurrió cuando Moi dix Mois abandonó el escenario y la gente se dio cuenta de que faltaban instantes para la reaparición de Yu-ki después de nueve años. El tiempo se paró, volvió hacia atrás. Sonaron los acordes de Saikai no chi to bara y se levantó el telón. El público, estremecido, chilló. Aparecieron sobre el escenario Közi, en el centro, vestido de rojo; a su izquierda Yu-ki, muy guapo, vestido como de noble, de negro con sombrero y un chaleco amarillo con flores (por algo le llamamos el “conde”), otro que comparte el secreto de la eterna juventud. Mana llevaba uno de sus trajes EGA en negro y azul, aún con las medias debajo. Los tres llevaban una gran rosa roja en la mano, que levantaron hacia el cielo lentamente mientras sonaba el tema instrumental. Luego las lanzaron al público, que estaba entusiasmado. Yu-ki saludó de manera elegantediciendo “hisashiburi desu ne” (ha pasado mucho tiempo ¿verdad?). Hayato salió a escena, hizo una profunda reverencia al público y se sentó a la batería. En primer lugar tocaron una canción que no sé muy bien de dónde salió, cantada por Közi; alguien me dijo que era de no sé qué session band; quedó bastante bonita. Luego Közi dijo las palabras mágicas: “Vamos a tocar un tema de Malice Mizer. Beast of Blood”. Se me encogió el corazón en el pecho, la gente chilló y muchos empezaron a llorar en cuanto sonaron unos acordes. Közi hizo de vocalista y defendió el tema de maravilla. Fue maravilloso. A mi alrededor la multitud cantaba, chillaba, lloraba, muchos parecían estar a punto de derrumbarse de felicidad y tantas otras emociones encontradas. La participación en el estribillo fue absoluta, demencial. De pronto comprendí lo que estaba viendo. Allí, frente a mis ojos, y dando lo mejor de sí mismos, estaban Malice Mizer. Sonreí y empecé a llorar como nunca antes; y digo nunca, ni siquiera en el último concierto de Versailles en Barcelona, que tuvo partes muy sentidas. No puedo describiros la sensación por más que quiera. Una catarsis, una felicidad y al mismo tiempo una nostalgia tan profundas, tan enraizadas en cada fibra del ser de esas personas que se unieron formando una sola en el público. Un terremoto, un volcán, una tormenta; amor, dolor. Gritos desesperados de “¡Kami!” (Hayato a la batería, dándolo todo, demostrando lo bueno que se ha vuelto; un diez para este hombre, de verdad; aunque Kami siempre será EL batería de Malice Mizer). Yo seguía llorando, absorbiendo cada nota, cada palabra. Cuando terminó la canción el público volvió a estallar, los tres miembros se acercaron más y dejaron bien claro que son muy buenos amigos, que el buen rollo entre ellos es total ahora; hubo muchísimos signos de camaradería. Cuando se despidieron y se marcharon, y se corrió el telón de nuevo, no se movió ni un alma en el público. Comenzaron gritos desesperados y constantes de encoré, y para nuestra sorpresa nuestros esfuerzos (entre tanta lágrima y tanta emoción) dieron su fruto. Volvieron a aparecer, ya sin instrumentos, sin tener ninguna otra canción preparada, sólo para estar con nosotros, para dar las gracias. A Mana le brillaban los ojos de la emoción; sonrió, tomó aire (le vi todos los dientes, fue rarísimo). Ya al principio había tenido que darse la vuelta y casi salir del escenario para enjugarse las lágrimas, pero al final se le notó aún más. Los otros dos también estaban visiblemente felices y emocionados; creo que Yu-ki no se había hecho a la idea del recibimiento que íbamos a darle y quedó abrumado. Cuando caminaron hacia el borde del escenario por última vez, Mana corrió tras Közi y Yuki y saltó sobre como ellos como un niño feliz, momento “glomp” total que nos hizo gritar de asombro y emoción. Se marcharon y todos nos quedamos allí, mirándonos. Me di cuenta de que Elfe, como buen fan de Malice Mizer, estaba llorando también, y eso que a este concierto prácticamente la había arrastrado porque no era (y lo digo en pasado, “era”) fan de Moi dix Mois (otra conversa más para la saca, mwahaha). Pensé que nos iban a tener que recoger a todas con cuchara. Cuando por fin salimos, me encontré con todas mis conocidas, todas emocionadas y algo machacadas por la violencia del concierto, en el que hubo momentos de auténtica guerra por ver mejor y acercarse más. Incluso conocimos a dos chicas españolas muy simpáticas a las que veremos más en los próximos días.



Al fin conseguimos reunir a un buen grupito y nos fuimos en busca de un sitio para comer. No os lo vais a creer, pero sobrevivimos a pesar de no haber comido nada desde las 7 de la mañana en el avión (y el concierto duró casi 3 horas, acabó de noche). Un chico japonés la mar de kawaii y que sabe algo de español sugirió ir a cierto izakaya, un bar típico japonés en el que se sirven bebidas y todo tipo de “tapas” o entrantes japoneses como onigiri, gyoza, takoyaki, yakitori etc. Estaba todo buenísimo, y lo mejor fue la compañía. Hablamos del concierto, de las bandas que nos gustaban y de tantas otras cosas. Una chica inglesa, mi amiga brasileña, Jennifer, otra japonesa (que llevaba una fascinante y preciosa peluca desmontable, flequillo por un lado y pelo largo por otro), más españolas… fue genial. Estábamos cansadas pero el día terminó de la mejor manera posible.




(Omi, Elfe, Jennifer, Yuumi)

Al final cogimos cada uno nuestro tren y nosotras llegamos a la casa casi a medianoche y por fin cogimos una cama después de tanto tiempo sin descansar. Me sentí feliz de estar en Tokio, de conocer tanta gente interesante, de haber vivido ese momento único con los miembros de la banda que cambió mi vida. Nos dormimos enseguida. Este lunes veremos a algunas de las chicas de nuevo en el concierto de Versailles, ¡ya hay ganas!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola lo he leido todo ! La cronica del viaje me ha acojonado si yo hago ese viaje acabo en singapour jajaja´os iré comentando conforme vayais publicando. A disfrutar !

- IRA -

Anónimo dijo...

Hola, nenaaaaa! ^^

Me alegra leer que Elfe y tu habeis llegado perfectas y que estais aún mejor. Mira que solo llevais unos diitas y la cantidad de cosas buenas que os han pasao, eh :D? Ya te dije yo que el viaje iba a salir perfe :P.

Seguiré bicheando pa ver como actualizais :D.Por cierto, el photobucket o el link del blog al photobucket creo que no va mu católico...Lo digo porque he intentao ver alguna fotillo de las que habeis puesto (creo) y no me ha salido nada. Ya me direis.

Que descanseis y paseis muy buen dia.

Un besoteeeee!!!

Neko =^^=

DhegoL87 dijo...

A dónde le tengo que dar para hacerme seguidor de tu blog?? ;)