sábado, 24 de julio de 2010

Ueno y la Torre de Tokio

22/07/10

Muy buenas, Omi al teclado.

El jueves nos levantamos y nos fuimos a hacer turismo con todas sus consecuencias. Empezamos por el bonito barrio de Ueno, donde hay infinidad de museos, parques y templos de todos los colores. Nos dirigimos al Museo Nacional, cuya entrada nos costó un poco encontrar por torpes (es decir, la encontramos pero pensamos que no era esa y seguimos andando, lol). Consta de varios pabellones pero preferimos centrarnos en el “honkan” o pabellón principal, que muestra la evolución de la historia y cultura japonesas a lo largo de una serie de objetos como cerámica, kimonos, espadas, biombos… Esta foto se la dedico a Yuki por razones muy obvias:



Y en éstas salimos nosotras:





Hemos puesto las demás fotos del museo (y de muchas más cosas) en nuestro photobucket para no saturar esto, echad un vistazo: LINK

La verdad es que aprendimos mucho y como había aire acondicionado y poca gente se estaba de maravilla allí dentro. A la salida paramos a comprar unas postales en la tienda del museo y comimos en la cafetería; estaba todo muy rico y para ser un museo no nos salió nada caro.

Luego paseamos por el parque de Ueno deteniéndonos en diferentes templos y sacando fotos aquí y allá. Por ejemplo:





Cuál no sería nuestra sorpresa al mirar el mapa y ver que estábamos delante de un lago cuya agua no veíamos… la razón es que está todo cubierto de unas plantas acuáticas gigantescas que te hacen sentir como Alicia en el jardín de las flores. Me pareció leer en la guía que se alquilaban barcas… yo creo que la única manera de cruzar ese lago era a lo Kingdom Hearts, de flor en flor…



Salimos del parque con la intención de coger el tren para ir a ver la Torre de Tokio, y por el camino nos encontramos la típica hilera de máquinas de gashapones. A ver, es normal encontrar gashapones de anime, de idols, de actores, etc. Lo que no me pareció ni medianamente normal fue una máquina de gashapones de bustos grecorromanos…



Por fin cogimos el tren y llegamos a la zona de la Torre de Tokio. Yendo hacia ella vimos un restaurante español; estaba cerrado así que no pudimos pararnos a llorar en la puerta pidiendo jamón y aceite de oliva…
También de camino había un templo gigantesco (Zojo-ji) con varios edificios, y nos paramos a hacer unas fotos. Ésta es la más chula:



La Torre en sí impresiona, por lo visto está basada (o basadísima) en la Torre Eiffel pero es más ligera y un poco más alta; la pintaron de rojo y blanco por un tema de normas de aviación. Lo que no me esperaba era que tuviera un edificio de varias plantas entre las cuatro patitas. Foto desde abajo:



Sacamos la entrada para subir al primero de los miradores, a 150 metros, porque sinceramente ir arriba del todo era carísimo y tampoco vale la pena; ya iremos otro día a la torre de las oficinas del Gobierno que son también altas y gratis. Subimos en un ascensor que daba al exterior directamente y quedamos impresionadas al ver todo Tokio a nuestro alrededor. Las vistas eran increíbles.



Elfe aprovechó para su gran momento reivindicativo, con el cual no tengo nada que ver puesto que soy sevillista a mucha honra… pero oye la foto está chula:



Nos impresionó mucho asomarnos a una ventana con cristales que tienen en el suelo del mirador; si te colocas encima parece que te vas a caer. Mirad qué foto, con la pata de la torre debajo mía.



También había una cafetería en el mirador, y después de un pateo tan grande sentimos que nos merecíamos esta maravilla de vaso de helado de chocolate con pudding y cereales:



Cuando salimos de la torre vimos que había un montón de gente congregada en el exterior. Estaban viendo un espectáculo de un chico con un mono amaestrado… una cosa tremenda; pero no pongo la foto aquí porque esta entrada se va a salir hasta de la página… ya sabéis, mirad el álbum online.
Después de tantas aventuras, cuando volvimos a casa no éramos ni la sombra de nosotras misma, y en el ascensor Elfe soltó una gran frase:

Elfe: Nuestros pies se van a emancipar; se manifestarán en el balcón tirando tacones a la calle.

Habíamos comprado la comida en el konbini (24 horas) de la esquina, y al calentarla me dio por decir:

Omi: Por lo menos vamos a cenar como personas, ¿no? Que ya desayunamos como animales.
(Esto se debe a que desayunamos en el suelo de la habitación porque nos falta una silla, pero cenamos en la mesa de la salita…)

Y así transcurrió el día, para que veáis que no sólo vamos de compras y a conciertos, jaja. Aquí hay mucho por ver y mucho que hacer. Pronto más.

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